Escuchar artículo

Juan Pablo Monzón es un Ingeniero Agrónomo que vive y trabaja en la zona de Balcarce, Buenos Aires. Tiene un Doctorado en la Facultad de Ciencias Agrarias y trabaja en INTA Balcarce, además de ser investigador del Conicet y productor agropecuario.

Preocupado por la educación de su hijo, denunció la enseñanza de contenidos imprecisos sobre la soja en la escuela San José a la que asiste el menor, de 12 años de edad. La situación surgió cuando el alumno trajo a la casa un trabajo escolar que relaciona la producción de soja con el neoliberalismo, problemas de nutrición y género. De allí que Monzón denunció a El Campo Hoy que los manuales utilizados en la escuela están llenos de "imprecisiones y muy tendenciosos hacia la parte negativa del contenido".

Según señaló, en la escuela ya se han presentado "bajadas de línea" ideológicas en el pasado. "Los textos que se abordan tienen imprecisiones y datos erróneos". Critica, por ejemplo, la idea del monocultivo de soja, que "casi no existe" en Argentina, donde la mayoría de las tierras están rotadas con diferentes cultivos.

El agrónomo también menciona que la enseñanza se realiza en el contexto de ciencias sociales, donde los alumnos de sexto grado deben aprender sobre el cultivo de soja y su impacto ambiental sin tener conocimientos básicos sobre el agro. "Es generar confusión con un mensaje final de todo lo malo que se asocia con nuestro sector", expresa Monzón.

Bajada de línea

Las publicaciones que se utilizan provienen del sitio abc.gob.ar, perteneciente a la provincia de Buenos Aires, y están destinadas a alumnos de cuarto y quinto año de secundaria, aunque se están utilizando en la primaria. "Esto es una bajada de línea", admiten los directivos de la escuela, quienes indican que deben seguir lo establecido.

Monzón destacó que paradójicamente la escuela en cuestión tiene orientación agropecuaria y que por otro lado es la sede de una jornada educativa llamada EDUCO AGRO, que vincula la educación con el medio agropecuario. "Aparecen estas cosas incoordinadas cayendo desde arriba, no se sabe con qué propósito", lamenta.

El agrónomo concluyó que es fundamental reflexionar sobre lo que se enseña a los niños y la importancia de proporcionar información real sobre el sector agropecuario, que es vital para la economía del país. "Terminan generando más confusión en los chicos que aprendizaje", afirmó. 

Monocultivo, ambiente y género

El manual oficial introduce el tema planteando al cultivo de la soja "en la economía global, capitalista y neoliberal: consecuencias y alcances de su producción y consumo".

También apunta al "problema alimentario y la expansión sojera. Esta parte aborda la problematización sobre la demanda de alimentos no satisfecha (hambre) frente a la creciente producción del sector alimenticio que la destina a otros usos".

Por otro lado, habla del cultivo sojero "como problema ambiental. En esta parte de la propuesta se analiza el impacto ambiental que produce el modelo productivo sojero hegemónico actual haciendo foco en América del Sur".

Finalmente, habla del "El desierto verde: una agricultura sin agricultores. Esta parte analiza algunos costos sociales de este modelo productivo y la organización de las comunidades como respuesta política ante la pérdida de la propiedad de sus tierras".

Debates y cinismo

Lo cierto es que más allá del debate necesario sobre la soja en particular y la agricultura argentina en general; a lo largo de los años, la política nacional "corre" por izquierda en las escuelas y en los espacios públicos, mientras por otro lado fomenta este sistema productivo, y se sustenta desde lo económico en base a un esquema impositivo igualmente extractivo a ese agro que tan duramente critica. 

El cinismo de los sucesivos gobiernos se mantiene, más allá de los discursos, sobre un sistema que sin dudas requiere mejoras de fondo, que ha expulsado a cientos de miles de familias del campo, llenando de taperas las zonas rurales de todo el país, aunque sustenta con Derechos de Exportación y divisas casi el 70 por ciento de la economía nacional. 

En una provincia con casi 2 millones de hectáreas bajo el agua desde hace tres meses, con tambos que cierran y miles de productores que colapsan en todo sentido, la soja parece ser el chivo expiatorio perfecto para esconder la falta de gestión y coordinación; la inoperancia, la corrupción y la estupidez.

Autor: admin